Nuestro más sincero agradecimiento a quienes integran los Consejos de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de Santa María de Guadalupe y al de los Misioneros del Sagrado Corazón y de Santa María de Guadalupe, así mismo al equipo de formación de ambas Congregaciones por los espacios que nos dan para convivir como hermanos nacidos de una misma cuna.
El Papa Francisco dice en uno de sus documentos: "Un auténtico espíritu de fraternidad vence el egoísmo individual que impide que las personas puedan vivir en libertad y armonía entre sí", de ahí que la fraternidad sea uno de los aspectos fundamentales de la vida religiosa, y como tal debe ser fomentada, observada, amada y testimoniada.
Estas convivencias que tienen como objetivo: Lograr la plena configuración en la identidad de nuestros carismas congregacionales, para que como testigos proféticos, seamos capaces y eficaces, en la misión que la Iglesia nos encomienda.
El día 25 de Abril del 2015, en el Instituto Zaragoza, ubicado, en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, asistimos de parte de los MSC, 6 sacerdotes, entre ellos los Padres formadores, parte del Consejo General y 14 seminaristas; de las MSCGpe, 31 hermanas formandas y 11 Profesas entre ellas, las Formadoras y el Consejo General de nuestra Congregación. Iniciamos con la celebración de la Eucaristía, en la que a través de la homilía nos dejaron una gran tarea: la de abandonarnos completamente al Corazón de Jesús y a no tener miedo a lo que Él nos tiene preparado.
Después de la Eucaristía, tuvimos la oportunidad de conocer a través de unas conferencias, la espiritualidad y vocación de nuestros fundadores Sierva de Dios María Amada del Niño Jesús y R.P. Teodosio Martínez, haciendo especial mención en las coincidencias que ambos tuvieron en el seguimiento de Cristo. De igual manera compartimos la mesa; espacios de convivencia fraterna, juegos, etc., pero sobre todo la vocación a la que el Corazón de Jesús nos ha llamado.
Esta experiencia nos llevó a comprender y vivir mejor lo que el Papa nos ha dicho: mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión e ir abrazando el futuro con esperanza; porque al ver la historia de nuestras Congregaciones valoramos aún más la gran Obra que Dios realizó a través de nuestros Fundadores. Hoy está en nuestras manos la oportunidad de seguir ayudando a la Iglesia en la misión de extender el reinado del Corazón de Jesús, dando frutos con el testimonio y confiando siempre en el amor misericordioso del Corazón de Jesús.